martes, 10 de abril de 2012

Color

- ¿De qué color son mis ojos?
- Eh, dejame ver...
- ...
- (Son del color de lo lindo, color avellana, y miel, y amor. Son del color de la sonrisa que esbozo al verte; del brillo de mis ojos cuando te ven. De ese color que tiene el alma ilusa, del color del amor platónico, amor más real que muchos, imposible como pocos. Color de dolor, de tristeza como la que se siente cuando llega el atardecer, tristeza incomprendida. Esa tristeza al terminar un libro, tristeza de niño que deja escapar el hilo que lo ata a su globo. Color de ilusión, y sueños, y delirios de futuro. Tienen el color del sonido de tu voz, radiante, tímida, pacífica. El color de la canción que nos gusta; color de notas que hablan más que los colores mismos. De nuestras miradas nerviosas, sostenidas por apenas 3 segundos, o menos. De mirar como se miran los amores imposibles. Aquellos que saben que son, pero que no pueden ser. Ese color de tardes de sol, de verde césped, de charlas vacías, llenas de sentido. Color de adioses secos, para no alargar la despedida. Color de adiós desinteresado, descolorido, falso. Color de adiós que no quiere ser. De adiós que quiere ser hasta luego. Despedidas ilusas. Algún día; esperame. Algún día tus ojos tendrán el color de amor de presente. De amor tangible, memorable, existente. Color de amanecer, de promesa, de buen día. No más color de adiós. Algún día, esperame.) Creo que son color avellana. ¿Por qué decís?
- No, por nada. Preguntaba.